¡La experiencia es un mérito!
Es un valor para la sociedad y su futuro
Queremos vivir nuestra vida, la actual, con todas sus circunstancias. No la vida de los jóvenes, ni la de nuestros hijos.
No queremos imitar, ni suplementar, ni regresar a ningún estado de la materia anterior.
Queremos cada minuto actual y cada milisegundo futuro.
Queremos nuestros códigos y nuestro cursor.
La experiencia es perspectiva.
Ambas se logran con el tiempo; pero no se miden en años.
Aquí hemos llegado. Divisamos lo logrado; identificamos lo esencial y lo valioso; reconocemos los errores.
Pero sabemos que sabemos, que podemos y, por tanto, que queremos.
Caminamos gracias a una mecánica estricta de certezas, y no estamos cansados.
Ignoramos la era de las generaciones y las identidades líquidas.
El calendario no implica una condena.
Es una lógica continua. Y su mayor virtud es que continúe y siga avanzando, construyendo, creando, ensayando, confirmando... creciendo!.
Nuestro verdadero estado civil es el de progreso, el de avance; y no se sujeta a un D.N.I. plástico ni a un rol.
¿Nos discriminan, nos apartan?. ¡Tanto mejor!. ¡Así, corremos más y más a gusto!.
La edad es una convención
Nos reinventamos; nos reseteamos
Creamos el camino que recorremos
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